La peor derrota es aquella a la que llegas sin nunca dar pelea. La peor pelea es la que vives todos los días. Eres tu peor enemigo. Y en una que otra ocasión, podras haber perdido una pelea, pero continuas con la guerra. Luchar contra esa parte de tu yo que te impide avanzar, que te dice que todo está mal, que te hunde y carga de penas y de más ha sido y es la historia de tu vida.
No pienso tenerte auto-compasión, no hay razon para que sientas tanta pena. Tienes gente a tu alrededor, amigos...
Que no recibas amor de la manera que quieres no implica que no lo estes recibiendo. Que sientas que el mundo se acaba no significa que en verdad se esté acabando. Y una vez más recuerda, Dios por ti dio su vida...
No te llenes de cosas la cabeza, ejercita tu paciencia. Camina, sonríe y no dejes de vivir con alegría... Demuestra el corazón no-tan-enfermo que tienes adentro. Y sigue haciendo las cosas que te gustan, siempre que las veas buenas. No seas una piedra, pero tampoco mueras por abrazos y atención. Encuentra un balance, o caerás como una abuela...
Me despido de ti sabiendo que entre los dos no hay problemas...
Aun en pie,
Alonso
lunes, 24 de agosto de 2009
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