martes, 6 de octubre de 2009

Economista

Los seres humanos nos encontramos siempre frente a disyuntivas. Tómalo o déjalo, duerme o sigue despierto, miles y miles de estas que se dan las 24 horas del día y los 7 días de la semana. La ciencia de la economía, desafortunadamente, se encarga de estudiar hasta el más ínfimo detalle que influye o puede influir en nuestras decisiones.

Y mi pregunta es: ¿Realmente importa?

No, no importa. Los detalles muchas veces están de más en este gran mundo pequeño, y hostigarse a uno mismo con formulitas que te dicen lo que el sentido común ya lo tiene por sabido no es nada más que otra de las formas que los seres humanos encuentran para torturarse. Claro, también esta la filosofía que se embrolla en las más pequeñas palabritas.

Economía...filosofía...muchas -ías que complican en demasía lo que debería ser una feliz travesía: la vida. Demasiado discurrir intelectual termina por volver nuestras vidas tan aburridas, deprimentes, estresadas y en cierto modo... desabridas.

La verdad es que digo todo esto porque no hice mi tarea de economía. No la hice y ahora me defiendo diciendo que no debía porque resultaba vacía...Pero en el fondo sé que no es así, que la economía y el resto de las -ías tiene su finalidad y que sin ellas no se podría...

Bueno son necesarias...

Aun no se para que.

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