martes, 17 de marzo de 2009

Ayuda que vino de la nada

Otra vez delante del monitor. Y esta vez es para un objetivo específico. Renovar mi compromiso con mi Señor. Queda sentado en este equipo que he caído. Si, una vez más. No me quiero dejar llevar por mi ser, quiero dejar de lado el que mi carne actúe por mi. Lo que quiero es de una vez por todas, rendirme al Señor, porque no puedo más. Ya tengo 16 años. Este año cumplo 17,y todavía sigo con el hábito que adquirí a los 11. Son 5 años. 5 años de luchas y batallas perdidas, con mi Dios como mi enfermero, el que siempre curó mis heridas, y me dio fuerzas y aliento para seguir, para levantarme de nuevo y seguir, regresar al ruedo y pelear de nuevo la batalla. Quiero servir al Señor, y un pobre hábito que despierta mi interior muy humano, carnal y, aunque suene medieval, pecaminoso, obstruye mi relación con Dios. Como dice Agur en los Proverbios, en el capítulo treinta: “!Cansado estoy, Oh Dios, Cansado estoy, y débil!”y continúa diciendo: “Soy el más ignorante de todos los hombres, no hay en mi discernimiento alguno!” Es de necios, el persistir en el pecado, y yo soy aún lo suficientemente necio para persistir en el mío, sabiendo, como es Dios de compasivo con sus hijos, y como es que el siempre muestra la salida para toda tentación.
¡Pero no! Yo soy tan necio de desatender los consejos divinos, que me ayudan, y empeñarme en hacerlo yo. La pregunta es: ¿Cómo lo hago? ¿Qué es lo que tengo que hacer para salir de esto? No quiero tirar la toalla, NO VOY A TIRAR LA TOALLA y así me pase la mitad de mi vida luchando, yo voy a ganar, porque su Palabra dice que somos más que vencedores en Cristo Jesús y que TODO lo podemos en Cristo que nos fortalece, así que no me voy a dejar vencer, el día que yo decida apartarme no llegará, primero he de morir, antes que dejarlo de lado. Pensándolo bien, es probable que ya lo haya hecho antes, pero no ha durado nunca demasiado, hasta que casi tomo esa decisión el otro día, ¡realmente me sentía cansado y débil! Así que nunca lo dejaré de lado no lo haré, el día que lo haga, ciertamente moriré. Quizá no físicamente, pero mi espíritu y mi alma si. Y tendré el vacío nunca experimentado en toda su magnitud. Vacío que acabará conmigo. No me voy a apartar, nunca. No me iré de ti Señor no lo haré, sin ti moriré. Tu le das sentido a mi vida, sin ti mi vida no tiene sentido, carece de significado. Quiero comenzar de nuevo, quiero volver al inicio, quiero ser de nuevo tuyo Señor, límpiame y seré mas blanco que la nieve.

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