viernes, 3 de abril de 2009

Cronica de una borrachera anunciada (perspectiva masculina)

Ya no se si tomo porque me gusta o tomo por tomar. Salgo de casa con el proposito de bailar, pero siempre hay algo que sale de mas.

Aqui estoy, en el segundo piso de La Ruta. Tomo solo y tomo acompañado. No cuento las botellas, ni el dinero, ni cuantas vueltas da mi cabeza. Mis amigos se aburren, vamos a bailar.

Tengo que admitir que bailar picado es mas divertido que bailar sano. Ya no la pienso mucho y solo me pongo a mover. Mis pies no le hacen caso a mi cerebro, y puedo ver que tan descoordinado esta mi cuerpo; no me preocupo, es casi lo mismo sin las barenas de mas.

Aprovecho la cancion y me empiezo a acercar. Se deja, hoy es un dia especial. A ratos cierro los ojos y me dejo llevar; las distancias se acortan hasta que la puedo oir respirar. No se si soy yo o es ella, pero nuestros labios llegan a chocar. Aqui y alla, en todo lugar.

Me gustan este tipo de besos. Emocionantes, largos y sin compromiso. Besos fugaces que quedan perdidos pasado el instante. Besos tristes, besos insignificantes. Un agarre, un comun y ordinario agarre. Y como este, han habido muchos mas. Unos hace años, otrs hace un mes, hay del viernes pasado, y tambien los de la proxima vez. Soy feo y soy chato, pero en la ruta uno siempre tiene oportunidad.

Se tiene que ir, me mira y ambos sabemos que lo que paso fue un momento de diversion. Nada serio, nada malo. Ella bailo bien, y yo hice lo que pude con mis pies. Compro dos botellas mas con lo que queda de dinero. El ultimo trago siempre es el mas placentero.

Llego a casa horas mas tarde. Ha sido un dia bastante entretenido.

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