viernes, 12 de junio de 2009

El trío y la colada: Una historia de amor post-moderno

Ella, ella y yo no tenemos problemas en esta cosa que tenemos, O sí - me olvidaba- ella, la colada, también está bien. No somos musulmanes, pero estamos de acuerdo en muchas coass: Ellas en compartir a este humilde redactor. Y yo en realidad no me queja, tener a tres lindas chicas diciéndote cariño es algo a lo que no se le puede decir no. Después de todo, ellas no se hacen problema, ni yo. Es algo extraño, pero así extraño como es fuente de risas y alegría es aun cuando en examenes ellos estén. Sería esto perfecto si es que la colada no fuera colada, es decir, si dejara a aquel a quien le promete ser fiel y se uniera al trío.

El tiempo pasó, y la colada dejo a su señor enamorado por motivos de fuerza mayor. La verdad, este escritor no sabe que pasó, y no manchará de ficción esta historia que en realidad sí pasó, y aún pasa hoy. Tristemente - y triste solo para ella- la colada con ese nombre se quedó. No le importó, ya qúe el caríño era el mismo; por no decir mayor. Aunque lo nuestro no sea una relación en el sentido plenamente romántico de la palabra; creo que a veces es mucho mejor. No hay aquellas pequeñas grandes peleas, ni regaños celosos. Por que en nuestro mundo amar es compartir, y compartir es lo que hacemos, ¿No?

No me atrevo a tildar lo nuestro de mundana promiscuidad. Muy en mi interior creo que error no cometo yo, y creo que ellas sienten lo mismo que yo. Nos decimos cariño, hablamos de amor; pero nunca llegamos a algo mayor. Nos pertenecemos y a la vez no, somos independientes en cuanto trío y elemento colado. No nos regalamos cosas al cumplir el mes, y no las necesitamos. Co saber que ocupamos un lugar en el corazón del otro todos los días del calendario nos conformamos. Estudiamos y conversamos mientras el profesor de romano hace su dictado. Lloramos de a mentiras para luego reirnos de a de veras de nuestras muchas tonteras.

No es necesario darle mucha explicación. Comenzó un día como hoy mientras estudiábamos para un contro de natural si bien lo recuerdo. Como siempre, hablamos de todo menos de derecho natural; entre todos los temas del amor. Una cosa llevó a la otra, e instituimos nuestra tripartita relación. Desde ese día, todo de bien a mejor. Cosas que hacen falta las hay, entre ellas pasar más tiempo juntos para conversar. Pero lo malo no vence a lo bueno, y puedo afirmar que estoy contento. Contento de tener en mis adentros, el nombre de ellas dos - y para no romper la costumbre- de la colada también. Somos el trío y la colada: una historia de amor de los días de hoy. Historia que aun no tiene final...

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