domingo, 7 de junio de 2009

Ultimo Primer Beso

No hubo magia en el aire, ni palabras bonitas de por medio. Labios, lengua que tuvieron movimientos al compás de la luna y las estrellas. No medí el tiempo, pero sabía que ya era tarde. Regresé con la sangre caliente, un corazón que se movía desenfrenadamente y con la idea de que lo nuestro duraría para siempre. Tonto, tonto corazón adolescente, que lo confundió todo. Lo que ocurrió aquella noche no fue nada, solo un agarre.

Ella y yo nos conocimos en la cabina de internet que atendí ese verano. Entró alrededor de las seis, acompañada por una prima cuyo nombre no recuerdo bien. Llamós dos veces para que le arreglara a computadora, pero no había nada que arreglar. Pidió mi coreo electrónico, a lo que yo accedí. Unas cuantas caritas felices, mi nombre, su nombre y una invitación para conversar más en el parque pasaron para que el corazón se estremeciera cegando a la razón.

En el parque hablamos de trivialidades: el estado del tiempo, la cantidad de tiempo que yo me quedaría; me pregunto de colegios y de si tenía o no dinero. Contesté, aunque tenog que admitir que en algunas cosas inventé. De colegios hasta hoy poco comprendo, y dinero ahora algo tengo, pero en ese tiempo no había ni para el alimento. La conversación acabó justo como empezó: "Hace frío ¿No?" Camino de regreso a casa, pienso que no me fue ni mal, ni bien.

El día de mi partida se acercaba. A Arequipa tenía que regresar, las vacaciones llegaban a su final. Por el chat le comenté, y me dijo que tenía que despedirme de ella bien. No entendi, pero dije que la quería ver. Despues de todo, ella había hecho de la semana algo más agradable; el resto de amigos estaban en clases. Citado fui pues, al parque de las rieles del tren. Se sentó a mi lado, me miró y dijo "Despidete pues", su cara se acercaba y la mía también. No hubo magia en el aire...

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