miércoles, 10 de junio de 2009

Orden

Cada cosa tiene su lugar. Los lugares a los que pertenecen normalmente permiten que uno puede usar de ellas con eficacia. Lamentablemente, pareciera que hallar el lugar indicado es muchas veces todo un problema. Se pueden pasar horas moviendo de posición, sin llegar al resultado correcto. Pero si al final - con todo el esfuerzo- se logra poner las cosas en su adecuado lugar, de modo que estas cumplan su fin, satisfacción y algo de tranquilidad.

Con el tiempo se ven resultados si es que uno se acostumbra a ordenar. Todo ordenado, no tendrás que pasarte horas de horas revisando cada rincón del cuarto, para al final encontrar lo deseado en medio del baño. Entonces, queda agregar que tener buena memoria, o al menos ejercitarla, para que además de ordenadas las cosas, se pueda recordar el lugar que les tocaba.

En fin, cosas que uno aprende conforme el tiempo pasa. Después de mil y una ocasiones - llaves que no te permitieron salir a tiempo, no hallar el regalo- y unos cuantos coscorrones, es difícil dudar que la máxima de la primera oración sea olvidada. Ponerla en práctica solo es posible con prudencia y perseverancia, virtudes raras en la época del "Que sea lo que salga" y el "Que mas da".

Orden, palabra que define como deberíamos vivir. Pero ¿Es posible el orden en la situación que actualmente se ve? Sí, sí lo es; lo único que pasa es que el grado de dificultad es tremendo. Y tal vez uno sólo no logre ordenar mucho, pero al menos algo se hará. Como dice aquel buen dicho que se tacha tanto de cliché "El cambio - y en este caso, el orden- empieza con uno mismo."

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