viernes, 12 de junio de 2009

La edad no es nada más que un número

Pudiera ser yo hombre viejo y de barba larga a la vez que sigo yendo a quinceañeros o podría ser un quinceañero y cuestionarme día y noche sobre los tópicos más profundos. Extraño, pero cierto: la edad no determina nuestra manera de actuar. Tal vez sea mi imaginación, pero creo que somos nosotros en nuestras muchas complicaciones los que decidimos atribuir a la gente comportamientos según la edad. Así, no es correcto que un anciano juegue play; que un niño discuta sobre políticas. Y como estos ejemplos hay muchos más.

Lo más gracioso es que mientras vemos como los más jóvenes ríen y se divierten, deseamos poder ser como ellos; pero cuando tenemos la oportunidad de hacer lo mismo que ellos nos inhibimos y criticamos a todo aquel que decida hacerlo. "Ya pasó mi tiempo para eso" decimos para nuestros adentros, sin saber que a menos que carezcas de fuerzas para hacerlo, siempre será tu tiempo. O puede que sea al revés. Mientas que los más viejos se enfrascan en elucubraciones destinadas a problemas resolver los tildamos de aburridos; cuando por dentro queremos opinar y entender.

Nunca entenderé ésta extraña situación. Reglas de juego que no te ayudan a jugar bien. Complicaciones que no tienen sentido - al menos- a mi parecer. Tener que respetar a un viejo de cuarenta y tres que no aprendió a mantenerse, mirar de menos a un chico de dieciseis sólo porque no le salen bellos de la cara y de la piel. ¿A qué viene esto todito? A que he estado viviendo últimamente como un "niño", recibiendo críticas que no debieran haber sido dichas. Y no, mi intención no es defenderme y contraatacar. Sólo busco explicar mi manera de actuar.

Admito que hay momentos en los que "aniñarse" está fuera de lugar. Entendí esa parte, y estoy rumbo a cambiarla; a mi ritmo pero cambiaré. Pero no aceptaré que deba ser un "adulto" todo, todo el tiempo. Creo que di mi explicación, y estoy dispuesto a escuchar cualquier argumento que no tome mi posición. No soy perfecto, y puede errar en todo esto; y estoy dispuesto a retractarme si es que algo digo mal. En fin, se acerca mi hora de dormir, y mañana - como todos los mañanas de la etapa universitaria de mi vida- tendre mucho que estudiar.

No hay comentarios: