viernes, 12 de junio de 2009

La policía no te respeta

Caminando por las calles el surfista presentado atrás en este blog, tuvo un altercado que no nos pasa a todos hoy por hoy. Estaba él transitando una de las tantas calles del cercado de nuestra ciudad, cuando una voz lejana le ordena detenerse. El surfista es forzado a interrumpir su travesía turística, a la vez que el "The way I are" de Timbaland deja de sonar. La voz correspondía a una figura policíaca, que al rato de mandarle a detenerse le pidió documento de identidad.

"¿A qué se debe todo esto?" dijo el surfista, con la impresión de que algo no andaba bien. Y era verdad, no es normal que una patrulla te detenga sin razón en especial. Para su mala suerte, la reacción del señor de verde no fue muy cordial: "Con que desafindo a la autoridad, ¿No? Pégate a la pared." No era la primera vez que se veía obligado a pegarse al frío concreto, pero esta era especial. Esta vez era la policía y no aquellas personas que viven de lo que puedan robar.

El surfista entregó pues su documento de identidad, para así deshacerse de la incomodidad de tener un policía en tus narices que no te deja respirar. "Soy menor de edad, ¿Me puedo ir ya?" preguntó enojado. Si bien no tenía carrera alguna contra el reloj, el capitalino no quería estar más en ese lugar. La situación había dejado de ser divertida algunos minutos atrás. En casa es en donde debería estar -pensó- sólo faltan unos días más.

"Está bien mocoso. Puedes irte. Cómo sabrás, ayer hubo huelga por acá. Un grupo de ratas ocasionaron destrozos, y que te puedo decir, la cara que te manejas no te ayuda en nada. Un consejo hijo: cambiate de peinado o esta no será la única vez que te detendrán" La forma en la que le idjo todo eso no era normal. Extrañamente, no se podía distinguir bien si lo decía con sarcasmo o con sinceridad. El policía entró a la patrulla, cerró la puerta. El surfista siguió con su ruta.

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