sábado, 6 de junio de 2009

Relax

Cierro los ojos. Imagino un montón de arena, olas a lo lejos que en la orilla revientan. Estoy divirtiéndome, no hay nada que me pueda estresar. Atrás qedaron los examenes, los problemas míos y los de los amigos también. Todos hundidos en lo profundo de un río; no tiene caso preocuparme ya. Hoy respiro hondo, muy hondo; hasta que los pulmones no dan más. Camino tranquilo por las calles -cantando- sin dirección alguna, caminaré hasta que la noche sea oscura y de casa me llamen una vez más.

No tengo idea de lo que hice ayer - de mi mente lo saqué- ni de lo que haré mañana. No estoy lunático, deje todo a un lado para poder respirar. No me desentiendo del mundo, me recojo de él para poderlo comprender. Quiero escuchar mi pensamiento una vez más, quiero dormir, quiero descansar. En casa estoy una vez más, con el plato frío en la mesa y el celular sin ninguna llamada. Como lo suponía, nadie se dio cuenta.

Si hubiera tenido dinero me hubiera ido a la casita de ciegos que dan masajes, pedirme una botella de limonada gigante y los periódicos chicha del día. Reírme un rato de la chica empedernida y luego sentir compasión, renegar ante tanto escándalo y finalmente, arrugar los periódicos y tirarlos al tacho. Pero no, el dinero que tenía todo ha sido gastado. La mayor parte en pagar lo que tenía que ser pagado. No importa, hoy he descansado.

¿Descansado de que? ¿Acaso trabajas?, reniega mamá; tal vez tenga razón. No trabajo, no hago esfuerzos tan grandes como los de otros. Pero que más da, lo necesitaba y eso ni ella lo puede negar. Era eso u otro de mis colapsos, en los que moqueo el piso del baño y le doy un toque de salado al water rosado. Y por mi salud mental tuve que escoger el primero de los ya mencionados. Estado aactual: nuevamente realista y esperanzado.

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