viernes, 19 de junio de 2009

Idiota es una palabra muy simple para escribir un post

Es verdad, y no lo puedo negar. Pero no encotraba mejor palabra para definir esta aquella cualidad que los humanos decidimos llamar soberbia. Y es que aquel deseo nuestro de mostrar al mundo entero nuestra "superioridad" no puede ser definido de otra manera más que idiota. Nunca entenderé cual es el punto, pero día a día veo gente que sin tú querer, te hablan de su gran personalidad, que le consigue grandes empleos con grandes personas que visten grandemente y hablan de temas de gran importancia. No que hacer todo eso esté mal; pero me parece innecesario hablar de ello a menos que alguien te pregunte eso.

En primer lugar; no existe tal cosa como "gran personalidad". Todos somos diferentes, y tenemos capacidades distintas a las de los demás. Unos pintan, otros bailan, y algunos otros meditan sobre el amar. Todos valiosos de alguna manera u otra; pero lamentablemente, aquel "se dice" que nos rodea siempre -y que nadie sabe quien dice pero si que lo que dicen- pone ciertas de las nombradas capacidades por encima de otras. Así surge el mito de la gran personalidad; mentira que nadie se atreve a desafiar. Toda personalidad puede ser grande; siempre que se haga lo mejor con todo lo que Dios te da.

En segundo y tercer lugar, los empleos y las personas no varian en valor. Un trabajo, por cantidades inmensas de dinero que traiga, no es verdaderamente un trabajo si al final, final, insatisfecho estás. Uno hace lo que hace porque le gusta hacerlo; sino se está infeliz y se gasta en ir al sicólogo o al curandero. De poca ganancia o de éxito financiero, todo trabajo - por ayudar a uno a disfrutar de lo terreno y temporal- vale igual que los demás. Por otro lado, todos somos humanos; todos valemos lo mismo. Y quien crea lo contrario no tiene manera de demostrar. Cada ser humano es uno en una cifra colosal; no hay nadie igual. Aun si un gemelo se tiene; las experiencias vividas son diferentes.

Tercero; la ropa fue diseñada para guardar a uno del frío. Claro, no se excluye la idea de llamara la atención; pero eso es accesorio, no esencial. Además, no se requiere tener ropa de las marcas más renombradas para la atención llamar, basta con saber escoger entre la variedad; y buscar ante todo comodidad. Dejar a un lado los pantalones que te dejan sin sanguíneo circular; los tacones que sacan callos y los politos que muestran mucha piel; pero que no protegen a esta o del mucho calor o del mucho frío; es un consejo que si quieres, puedes tomar. Y si no, está bien; nadie pensará más de ti, o menos; al menos yo no.

Y sobre los temas; bueno en la variedad está el gusto. Y si algo importa de verdad; no veo razón por la que de ello no se deba hablar. Eso sí, no implica creer ser más por la gran elocuencia o el discurso fino y racional; que eso no es necesario, sino soberbia, vanidad. Con todo lo expuesto y citado, solo me queda una pregunta lanzar. Pregunta que yo mismo me hice años atrás, cuando creía ser yo alguien "más" importante que los demás. ¿Realmente tenemos algo por lo que sentirnos "más"? Y si creemos tenerlo, ¿Es realmente necesario ir por el mundo gritándolo - o diciendolo- a los cuatro vientos, sin parar?

No hay comentarios: