viernes, 19 de junio de 2009

Godo-party-super-day-with-no-apparent-end...o Como quemar una casa

Todos reunidos en la esquina de la urbanización La Estancia, tomaron el bus para llegar a aquel lejano y distante lugar donde la fiesta en poco iba a comenzar. No era una de aquellas fiestas en las que la gente bebe o se pone a fumar; era el inicio de un fin, una despedida, un hasta luego y un no se que más. El carro avanzaba lento, pero avanzaba; hasta que en un determinado momento los fiesteros dijeron baja y siguieron a pie la búsqueda de la "festividad". Corría el viento y en la piel se sentía como hielo; pero nada iba a detenerlos. Pasaron instantes, momentos; el timbre tocaron y ya estaban adentro.

El lugar olía a chizito y a doritos. La gente había estado ahí ya hace unas horas, pero con ellos la situación iba a cambiar. Saludaron a todos, aun hasta al perro, se sentaron para hacer la parte formal de la fiesta: jugar al "moose moose" y otros com ese. Terminado el protocolo, e ida una chica que de buen humor no estaba, los muebles hacia un lado; los bailarines hacia el otro. "Esto se pone bueno" sono a todo dar. Las cuatro parejas que se formaron lo dieron todo: movimientos con todo el cuerpo, sacudidas de cabello y ¡un-dos-tres al suelo! Estaban todos ebrios sin haber probado gota alguna de alcohol. Tal y como en los viejos tiempos.

Todo aquel descontrol bueno paró por un momento. Era el momento de decir algunas palabras, a aquella chica que pronto de la ciudad iría, sabe Dios si regresará. Un momento tierno y un regalo sincero después, la fiesta volvió a empezar. Cansados ellos de bailar, decidieron hacer algo diferente, algo especial. Uno de ellos, entusiasmado y poco quieto, lo propusó: twister ellos iban a jugar. Al rato,cuerpos adoloridos y tiesos, dispuesto de formas raras y con risas de quienes miraban llenaron el piso de la habitación. El mas godofredo de ellos al piso cayó después de que el segundo en godofredez un golpe con el trasero en la cara le dio.

Es aquí donde este relato deja de ser verdadero, todo por darle algo más de "impredecibilidad".

El muchacho que recibió las sentaderas lo tomó a mal. Así que caminó como loco alrededor de la sala, cogió su mochila y sacó de ella un regalo de industrias cahuana: una pequela y peligrosa bomba molotov, diseño español. Todos asustados al agresor pidieron disculparse con el enfurecido armada; pero él se negó. Y a la velocidad con la carga una página de internet cuando hay congestión, la bomba en el estómago del agresor cayó. Ardiendo, trato de hacer lo que en las películas se ve: tirarse al piso y rodar. Lamentablemente no todo sale como se ve en televisión, y el fuego por todos lados se esparció. El resto de invitados abandono el lugar; huyeron hasta lejos estar.

Fue la godo fiesta: super día sin fin aparente. Trajo consigon la conclusión siguiente: no agredas a godo con tu trasero o pronto verás un gran incendio.

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