lunes, 8 de junio de 2009

Telefónica

Pago puntualmente mis recibos cada mes. Espero tranquilamente disfrutar del internet. Mis oracioens cortas, porque mi ira me entorpece. Aun así, no significa que no dire lo que por mi mente sucede. Tú, compañía del mal, hiciste que perdiera mi trabajo del día; trabajo que por cierto me causó un tanto de alegría. Mi amigo se burla de mí, y me llama nenaza por la forma en que reacciono ante "tan pequeña cosa". Pero la verdad, no me importa.

No desearía cosas malas, pero no te deseo el bien. Y lo puedes ver por la forma en la que estrello mis dedos contra el teclado. Seguramente no te importa, igual ganas tu dinero, y todo esta bien para ti mientras no colapsen los bancos. Pero en este mundo todo da vueltas, y estoy seguro que vendrá otra transnacional y te la hará pagar. Todos tus usuarios enojados y frikeados se irán, ya lo verás.

Telefónica, amiga mía, no te sientas mal. Igual te pagaré llegado el fin de mes, igual te pagarán todos los demás. Tú no nos quieres, tú quieres nuestro dinero. Quieres dominar el cochino mundo entero. Pero esos planes de dominación se detendrán, como dije, o vendrá otra compañía, o te expropiará un presi nacionalista. Y claro, cuando el segundo pase, quedarás en manos de partidistas tarados que te manejarán mal. Tú ya sabes los resultados.

Sé que tanto comentario mío no cambiará nada. Que quejarse es en vano, cuando el poder en tus manos es insuficiente para lograr algún cambio. Pero por tu culpa se borró el post anterior, que no se grabó ni como borrado, así que para satisfacer al escritor interior, te dedico este pequeño crítico comentario. Y ahora que ya es tarde,y que mis ojos arden - mi madre gritando "Apaga ese traste"- te digo adiós proveedor incompetente. Hasta la prçoxima ocasión.

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