jueves, 14 de mayo de 2009

El Bulgaro y El Cuento

No se si todos hemos tenido que pasar por esto. Estar parados con tus papelotes hechos a la apurada, mal escritos y con informacion inventada; nervioso y frustrado porque el auditorio de 23 sabe que el trabajo no pudiste hacer. Sus caras reilonas reducen tu ser, aumentan tu sudoracion y otras cosas que no escribire.

Empiezas a hablar. Lento y pausado, como para que lo poco que tengas que decir dure las dos horas de clase y tengas la chance de prepararte bien. Pero la profesora te conoce bien y con una mirada asesina te dice que apures tu relato. No puedes hacer nada mas, este es tu fin. Te sientes egoista por desear un terremoto o un tornado, pero es que esta vez si que estas desesperado. Rayos y centellas, maldices haber estado jugando play con Daan en vez de trabajar en este trabajo.

Sueltas una que otra frase coherente; "La fusion atomica es muy, pero muy poderosa." El publico te sigue mirando como si fueras un mono en el mercado. Decides recurrir al floro barato, y esta solamente sera otra de las situaciones en las que tu imaginacion te salva de un reves. Hablas y hablas de la destruccion y de las guerras; sientes que fuera tu cumpleaños. Hasta que...

De la nada, un libro de matematicas en tu cabeza cae. "Maricon, no nos mientas" un espectador furioso ha reaccionado. Tu te quedas frio y miras a la maestra, esperando que calle al generador de violencia. Sus ojos indican estar a tu favor, pero antes de que pueda decir algo, tienes a toda la clase gritando "Florero, florero" ¿Que te queda por hacer? Resignado y hasta cierto punto humillado, sonries una vez mas. Respiras hondo y les dices a todos una mentira con sabor a verdad: "He sacado toda mi informacion de las revistitas de los testigos de jehová". Acabas de utlizar la defensa perfecta. Nadie nunca refuta el argumento Testigo de Jehova. La profesora sonrie una vez mas...

Dias despues...tu nota: 16!

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