viernes, 22 de mayo de 2009

El lado artsy de la situación

Mi memoria es frágil y a veces un poco revoltosa, pero algo que siempre tengo presente es aquel deseo interior - que a veces gritaba, otras sólo repetía una vez y otra más- de comunicarlo todo al mundo exterior. Ideas, miedos, propuestas, y muchas otras cosas más, todo lo que mi humana inteligencia fuera capaz de inventar. Pero, mientras más pasaba el tiempo se hacía más difícil hacerle caso al deseo.

Probé mi suerte como cantante, como actor, cocinero y costurero. Divertidos fueron los momentos que pasé, pero los fracasos y las voces que tu cabeza oye - o cree oir- me hicieron desistir de todos ellos. Y fue así como por mucho tiempo, deje de comunicarme con el mundo exterior. Sin dibujos, ni canciones, ni actuaciones, ni comida ni tejidos, quede reducido a una especia de mico que estudiaba sin hacer nada más.

Frustrado conmigo mismo y con los demás me di cuenta que no importaba impresionar con lo que hiciera. Si algo me gusta, y no causa a nadie ningún mal -físico o emocional- no veo el porqué no le podria dar salida a el lado artsy de la situacion. Si dibujo mal, lo hago mal; pero me gusta y he de continuar. Esta bien, algo de técnica conseguiré, pero lo esencial es pasarla bien. Si no fuera así, acabaría siendo alguien tedioso y aburrido; todo gusto por lo artsy se habría ido.

Hoy por hoy, todo va mejor. El lado artsy de la situacion muchas veces me ayuda a sentirme menos suicida y mas tranquilo. Dibujo - a mi manera- y escribo -repitiendo lo que en los guiones anteriores fue escrito- a cada rato y sin ninguna razón en especial. Este borracho o empedernido, el lado artsy de mi yo es como el perrito de ojos tristes que a todos les gusta. Al menos eso es lo que espero, y si no es así que más da.

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