lunes, 25 de mayo de 2009

Un mundo perfecto

En un mundo perfecto todo sería como en los finales de cuento. Las princesas serían rescatadas, los lobos y brujas idos a algún lugar lejano, muy lejano. Todo brillaría y olería a pinesol, todo sería besos y abrazos. En un mundo perfecto, no nos faltarían motivos para reír. Todos seríamos grandes y buenos amigos, la alegría se apoderaría del mundo entero.

En un mundo perfecto los hombres no abandonarían a sus mujeres y niños; no se emborracharían a cada descanso del trabajo, no tratarían a los demás como niños cegatos. En un mundo así, no existirían las olimpiadas de alcohol, ni las fiestas romanas disfrazadas de parques de diversión. La gente no perdería el control, no habrían chismes, no habría depresión.

En un mundo perfecto -dicen los que teorizan- todo sería aburrido. Pero preferible mil siglos de aburrimiento a un año lleno de dolor. Quisiera un mundo perfecto, pero sé que eso no pasará acá. Todo esto ha de acabar, y finalmente habrá paz. El que crea que este mundo esta perdido no implica que me he de quedar entumido, ni por un ratito. He de intentar de todos modos cambiar la desilusión por esperanza en algo más, en algo que en este mundo no se puede hallar.

En un mundo perfecto todo sería provechoso; buen alimento. Pero este mundo nuestro no es perfecto;es más, este mundo está muerto. Y los que viven en él estan muriendo, y la gente sigue sufriendo. No hay día en el que maldad no sea hecha, ni ciudad bajo la cual no se pose el dolor. Y todo esto no es algo nuevo, existe desde los días primeros. Pero tengo la fe, algún día va a acabar...

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